sábado, 25 de abril de 2009

The Sword & The Sorcerer (1982) -- el comienzo de Albert Pyun.




Cualquiera que haya mirado Space o I-Sat con regularidad hace unos años, o fuera habitué de los videoclubs antes de que apareciera Blockbuster, seguro vió por lo menos una película del hawaiiano Albert Pyun. Director de películas más o menos celebradas, como "Cyborg", con un Jean-Claude Van Damme post-apocalíptico, la excelente pero menospreciada "Nemesis", con el acartonado pero de algun modo carismático belga Olivier Gruner, o la graciosísima "Mean Guns". Director también de películas malogradas, y muy denigradas. La última versión del Capitán América llevaba su sello, así como la horrorosa "Ticker", que marcó el comienzo del declive pronunciado de la carrera de Steven Seagal.

Pero como todo y todos, tuvo su primera vez. Cuando era adolescente conoció a Toshiro Mifune, quien lo llevó a Japón a trabajar como asistente de Akira Kurosawa (la película era Derzu Uzala, y Mifune no terminaría haciéndola). Luego de eso, trabajó como director de comerciales, y su gran oportunidad llegó con la posibilidad de hacer una película de fantasía, que podía ser fructífera ante el estreno de otra película de fantasía: Conan el Bárbaro.

Pero mientras John Milius tenía a Mister Universo, a Darth Vader y a una rubia con un lomazo pero una cara poco agraciada, además de 20 millones de dolares para hacer la película, a Dino de Laurentis produciendo, y a Oliver Stone en los libros, Pyun gozaba con poco más de un millón, y con un reparto para nada estelar. El protagonista era el novel Lee Horsley, que encarnaría al principe heredero Talon, quien huye del reino de Ehdan tras la muerte de sus padres y hermanos a manos del déspota Cromwell. Talon se volvería un aventurero reputado. Y volvería a Ehdan 11 años después a saldar su deuda, donde haya una inminente rebelión a cargo de los hijos del ex-consejero real, herederos al trono. Con el príncipe Mikah capturado, la princesa Alana le pide a Talon que lo rescate, y éste acepta... a cambio de una noche con ella. La princesita está encarnada por la lindísima Kathleen Beeler, cuyo grán crédito previo era un papelito en "El Padrino II"y posteriormente anduvo por "Dinastía".

La película tiene varios detalles típicos de las películas de espada y hechicería: demonios, espadazos, señoritas sin ropa, héroes con un torso fornido y brillante, pero a su vez tiene algunos aires robinhoodianos. Horsley por momentos parece canalizar a Errol Flynn.

Lo más llamativo de la película está probablemente en sus actores secundarios: Anthony De Longis (que trabaja más de coreógrafo que de actor, por sus conocimientos de esgrima), Richard Lynch, Richard Moll y el playboy sesentero George Maharis.

Es una película muy recomendable. Lejos de la magnificencia de la ya mencionada Conan, o de la mediocridad de la secuela de la misma, también distante de las copias que saldrían luego, y con un estilo visual bastante llamativo, detalle que, presupuesto o no, es típico de Pyun.


La película prometió una continuación, "Tales of The Ancient Empire", a estrenarse próximamente. Pasaron 25 años sin novedades, hasta que en 2008, Pyun anunció que una cuasi-secuela se filmaría. La protagonista es la modelo Melissa Ordway (un bombonazo), y cuenta en su reparto con actores del género como Kevin Sorbo y Christopher Lambert, además de viejos conocidos de Pyun como Scott Paulin (el Red Skull italiano de Capitán América), Olivier Gruner, Ralf Moeller (el grandote de Gladiador, que aparecía en "Cyborg"), además de un bolo del mismísimo Talon y su espada de tres hojas.

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sábado, 18 de abril de 2009

Deathstalker II (o como reinventar una película para que sea mejor que la original)




Corría 1987 y el cuasiidilio comercial entre Roger Corman y la Aries Cinematográfica Argentina llegaría a su fin. Tras 9 películas, la última película producida por Corman que se filmaría en Argentina sería la continuación de la primera, "Deathstalker II: Duel of the Titans".

Ya sin el presupuesto ni los "nombres" de las primeras películas, Corman trajo a Jim Wynorski, un director que con el tiempo se haría un pequeño nombre en el cine B y que dijo frases como "los pechos son el efecto especial más barato del mercado, quien escribió y dirigió la película. Con un criterio bastante sensato, Wynorski realizó un cambio bastante brusco respecto de la película anterior: se dió cuenta de que no podía hacer una película seria, así que la película salió casi en tono de parodia. El resultado es bastante superior a la original.


Por empezar, Deathstalker ya no es el bárbaro casi cavernario que encarnaba Rick Hill. Lo reemplazó por John Terlesky, con un perfil mucho más distentido y canchero (y que no se parece en nada al del poster). En la película, Deathstalker tiene que ayudar a una princesa a recuperar su trono, robado por un hechicero que realizó un clón canibal de ella (Si, como se lee, así es). El villano es John La Zar, un actor mayormente teatral que tuvo su pico de éxito en "Beyond the Valley of the Dolls", de Russ Meyers. La Zar hace un villano simpático aunque algo acartonado.

La princesa en cuestión (y su clon) es la rubia Monique Gabrielle, por entonces novia de Wynorski, que entre los dos roles, no pega una. Su interpretación roza lo horripilante. Pero al ser una chica muy bonita, con una sonrisa que contagia y un cuerpo que entusiasma, y un par de pechos impresionantes, la rubia siguió su carrera con una entrada en la serie "Emmanuelle" y otros títulos del cine B antes de casarse ya mayorcita, y poner en su casa una productora de peliculas porno (en las que actúa y todo!)


Entre el reparto, María Socas cierra su trilogía de películas de Corman, tras "The Warrior & The Sorceress" y "Wizards of the Lost Kingdom", haciendo de una reina amazona. Y la morocha Toni Naples encarna a una guerrera que quiere venganza contra Deathstalker, una actriz que, al igual que Terlesky, seguiria trabajando con Wynorski en los años venideros. Y la luchadora profesional Deanna Booher (Queen Kong) vino a filmar por un par de días una bizarra escena de lucha contra... Deathstalker.

La película es impagable. Tiene parodias/homenajes(/¿copias?) al género de fantasía, y tambien a otros géneros. Tiene varias escenas reutilizadas de otras películas de la línea Corman-Aries ("Deathstalker" y "Amazons"). Más allá de lo económico de su producción, es un cierre adecuado para una étapa que trajo varias personalidades a Argentina.

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Moniquita te invita a su camita...

jueves, 9 de abril de 2009

Confessions of a Pit Fighter (2005) - ¿y pensaste que Héctor Echavarría había desaparecido?




A principios de los '90, uno de los programas sensación de la televisión abierta (en la época que había uno o dos programas de chimentos, y no 400, y se podía ver algo medianamente edificante en TV) era "Brigada Cola". Una comedia que parodiaba las películas de acción yankees, con su obvio antecedente en "Los Extermineitors". Brigada Cola tenía una formación muy disimil: Guillermo Francella, Gino Renni, Monica Guido, Karen Reinhardt (cuando estaba refuertísima), Eric Grimberg, Hernancito Caire, y el karateka Héctor Echavarría, entre otros.

Como todas las cosas, Brigada Cola terminó. Y cada personaje enfiló para nuevos lados. Francella hizo la peli con Natalia Oreiro y luego inmortalizó el "A comerla". La Reinhardt se hizo periodista deportiva. Grimberg se fue a España a ser... profesor de gimnasia. Caire conduce el programejo de cumbia de America 2, el ídolo juvenil Nico tuvo sus roces con la delincuencia, y del simpático can Tronco no se supo más nada.

Héctor Echavarría, por su parte, regresó a Miami a intentar utilizar la experiencia "actoral" adquirida para hacerse una carrerita en Hollywood. Y en cierta forma, lo consiguió. Cuando lo único que portaba en su palmares pre-Brigada Cola era un bolo en División Miami (la serie, no la peli), en 2001 hace su debut estelar en el cine de video yankee con "Extreme Force" y "The Falkland Man", dos pelis en las que comparte cartel con otro kickboxer, Michel Qissi (gran amigo de Jean-Claude Van Damme, y mejor conocido como Tong Po). Tras eso, consigue un bolo en "Cradle 2 the Grave", donde es uno de 20 que pelean contra Jet Li (pero aparece en el making of y todo!) y hacia 2005, saldría "Confessions of a Pit Fighter", que realmente, no es una mala película.

La película cuenta la historia de un luchador callejero que termina preso por matar a un rival. Tras siete años a la sombra, es liberado e intenta reinsertarse en el mundo. Pero su hermano menor sigue sus pasos... y termina muerto a golpes. Entonces vuelve al ruedo... y no para vengarse precisamente.

Una película con un elenco muy extraño, casi tanto como el de Brigada Cola: a Echavarría lo acompañan señores actores como John Savage (el sobrino cura de Michael Corleone en "El Padrino III", y Lydecker, mi personaje favorito de "Dark Angel" -la de James Cameron con Jessica Alba,) James Russo y Armand Assante. Pero también comparte escena con el rapero Flavor Flav, la "cantante" argentina Gizelle D'Cole (¿no había una más fea?), y Ricardo Medina Jr, un ex-Power Ranger.

Es una película mayormente dramática, con algunos bifes. No es mala. Para nada. Y Echavarría no desentona, la saca bastante bien, bastante mejor que pseudo-actores de artes marciales como "El Dragón" Wilson, o el hundido y engordado Steven Seagal.

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